Cada año, aproximadamente entre finales de octubre y primeros de marzo, la dehesa se convierte en un espacio de enorme actividad de la que dependerá, en buena parte, la calidad de los futuros jamones de bellota ibéricos. Se trata de la montanera.
La montanera hace referencia a la última fase de la cría del cerdo ibérico, al que se le deja pastar libremente en la dehesa donde se alimentará del fruto de la encina y el alcornoque, forma tradicional en la que el cerdo ibérico engordará antes de su sacrificio.