Los orígenes de la dehesa se remontan a la reconquista, cuando los pequeños ganaderos se vieron obligados a vallar sus propiedades para protegerlas del ganado que realizaba la trashumancia.
El término dehesa procede de la palabra latina defesa:defensa o terreno acotado destinado a pastos para ganado.
La dehesa es un ecosistema único en el mundo que exclusivamente se da en el suroeste de la península ibérica (Castilla y León, Castilla La Mancha, Madrid, Extremadura, Andalucía y algunos territorios de Portugal), ya que sus habitantes se vieron obligados a modificar el bosque mediterráneo para lograr así su aprovechamiento. Este modelo supuso un ejemplo de aprovechamiento sostenible, forestal, agrícola y ganadero, que logró convertir un terreno pobre en un ecosistema con una enorme biodiversidad.
Los bosques originarios se eliminaron en parte para dar paso a grandes extensiones de pastos que los convirtieron en espacios óptimos para la ganadería extensiva.